No es un castor, no es
una nutria y tampoco es un pato aunque tenga partes de cualquiera de estos
animales. El ornitorrinco es un animal único, es un mamífero semiacuático endémico de
Australia que pertenece al orden de los monotremas, mamíferos que tienen
algunas características de los reptiles como la reproducción ovípara.
Los ornitorrincos además
son venenosos, algo poco común en los
mamíferos. Los machos poseen un espolón es sus patas traseras que liberan un
veneno muy doloroso para los humanos y letal para algunos animales pequeños. No
se considera una especie amenazada pero su hábitat se limita al este de Australia y la isla de Tasmania además de ser vulnerable
a la contaminación.
Cuando el ornitorrinco fue descubierto en 1798 durante una expedición, se mandó a Gran
Bretaña una descripción del animal junto a una muestra de la piel y los
científicos que la estudiaron creyeron que se trataba de una broma elaborada por algún taxidermista. Desde entonces, el
ornitorrinco ha sido muy estudiado en el campo de la biología evolutiva.
Su
cuerpo es tan extraño como increíble. Su pelaje es color café intenso en el
lomo y los costados, pero el vientre es más rubio o grisáceo. La cola aunque
similar a la del castor también está cubierta de pelo para mantenerlo caliente
y la utiliza sólo para conducirse en el agua, no para impulsarse. Sus patas son
palmeadas, lo que le ayuda a tener un mayor empuje en el agua y su hocico está
cubierto de piel suave.
Un
ornitorrinco macho llega a pesar hasta 2,4 kg y a medir unos 50 cm de largo en
promedio, mientras que ls hembras apenas llegan a los 1.6 kg y 43 cm. Viven en
rachuelos y ríos, es muy buen nadador y tiene la habilidad de oler bajo el
agua. Al parecer, la tasa de mortalidad de adultos en estado salvaje es baja.
Se han capturado especies de hasta 11 años y en cautiverio llegan a vivir hasta
17.
Estos
animalitos son unos pequeños carnívoros, se alimentan de larvas de insectos,
camarones de agua dulce y cangrejos de río. Los monotremas tienen un sentido de
electrorrecepción, un sistema que les permite localizar a sus presas detectando
los campos eléctricos generados por las contracciones musculares de éstas. Por
si fuera poco, el del ornitorrinco es el más desarrollado de todos.