Los truenos y los rayos son
dos manifestaciones distintas pero naturalmente muy vinculadas y que forman
parte del mismo fenómeno climatológico: la tormenta eléctrica. El proceso que
produce una tormenta eléctrica comienza cuando masas de aire caliente y húmedo
comienzan a elevarse debido a corrientes de aire ascendente. Al elevarse, estas
masas de aire comienzan a enfriarse y condensarse, formando nubes llamadas cumulonimbus, que pueden tener hasta 20 kilómetros de alto.
A medida que el aire se va condensando, se van formando gotas
de agua y hielo que caen desde lo alto, a través de la nube, hacia la
superficie de la tierra y, mientras caen, van colisionando con otras gotas y
haciéndose cada vez más grandes, al mismo tiempo que generan dentro de la nube
una corriente de aire descendente que se expandirá a lo largo de la tierra en
forma de viento.
Como la velocidad de la luz es mayor que la del sonido, por eso vemos el rayo antes de escuchar el trueno. El tiempo que transcurre entre la luz del rayo y el sonido del trueno nos permite calcular la distancia de donde se ha caído el rayo.
Como la velocidad de la luz es mayor que la del sonido, por eso vemos el rayo antes de escuchar el trueno. El tiempo que transcurre entre la luz del rayo y el sonido del trueno nos permite calcular la distancia de donde se ha caído el rayo.
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