Nuestro cuerpo crece, pero no todas las partes por igual. La cabeza y los ojos, desde que nacemos, crecen muy poco en comparación con el resto del cuerpo, por eso a los bebés los vemos cabezones y con los ojos muy grandes. Sin embargo, la nariz y las orejas no dejan nunca de crecer, por eso a algunas personas mayores su nariz y sus orejas nos parecen muy grandes. Son tejidos cartilaginosos que nunca dejan de crecer.
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